miércoles, 1 de diciembre de 2010

ENSAYO: SEMINARIO. DEL ARTÍCULO ACADÉMICO A LA REVISTA CIENTÍFICA


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN RODRÍGUEZ
UNIVERSIDA NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TACHIRA
CONVENIO UNESR-UNET
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN






ENSAYO
SEMINARIO. DEL ARTÍCULO ACADÉMICO A LA REVISTA CIENTÍFICA






PROF: DR. ALFREDO CARPIO RUIZ
DOCTORANDO: PIRELA DE B YVONNE S



SAN CRISTOBAL, mayo 2008
Autora: MSc. Yvonne Seila Pirela de B.
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Núcleo El Vigía.

TITULO: COMPROMISO DOCENTE Y PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD EN LOS PROYECTOS EDUCATIVOS INTEGRALES COMUNITARIOS.

RESUMEN

La Educación Bolivariana comprometida con la dinámica social, busca perfilar a través de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC) un nuevo sentido a la práctica educativa, enmarcada en la participación protagónica de los alumnos, padres, representantes, docentes, directivos y demás miembros de la comunidad que hacen vida en el entorno de la escuela. Los PEIC guardan la intención de lograr aprendizajes significativos y estratégicos, que pueden ser formales o no y desarrollarse en una variedad de espacios y actividades. La elaboración y ejecución de los proyectos transciende las paredes de la escuela y la vincula a la vida comunitaria y a todos quienes rodean el ámbito escolar. Esta vinculación transformada en acciones sistematizadas, diseñadas y organizadas en la Matriz FODA por todos los actores involucrados en el quehacer educativo genera sentimientos, emociones, pertenecía, identidad, modos de vivir y sobre todo nuevos estilos de enseñanza y aprendizaje. Este compromiso que asumen los docentes conlleva a una renovación pedagógica, a un proceso de carácter más dinámico, incentivado y fortalecido por estrategias dirigidas a promover la participación en el ámbito comunitario. Este compromiso docente y la participación de la comunidad muchas veces en la practica se ve teñido por la falta de convicción, desapego al trabajo docente, componentes afectivos, actitudinales y emocionales que hacen que la ejecución de los PEIC presenten debilidades en la gestión y consolidación del mismo.

Palabras Claves: Proyecto Educativo Integral Comunitario, compromiso, participación.

I TITLE: EDUCATIONAL COMMITMENT AND PARTICIPATION OF THE COMMUNITY IN THE EDUCATIONAL PROJECTS COMMUNITY INTEGRALS.

ABSCTRAT

The Education Bolivariana compromised with the social dynamics, it(he,she) seeks to outline across the Educational Projects Community Integrals (PEIC) newly sense to the educational practice placed in the leading participation of the pupils, parents, representatives, teachers, executives and other members of the community who do life in the environment of the school. The PEIC guard the intention of achieving significant and strategic learnings, which can be formal or not and to develop in a variety of spaces and activities. The production(elaboration) and execution of the projects transciende the walls of the school and her(it) links to the community life and to all who surround the school area. This entail(links) transformed into systematized actions(shares), designed and organized in the Counterfoil FODA by all the actors involved in the educational occupation generates feelings, emotions, it(he,she) concerned(belonged), identity, manners of living and especially new styles of education and learning. This commitment that the teachers assume carries to a pedagogic renovation, to a process of more dynamic character, stimulated and strengthened by strategies directed to promoting the participation in the community area. This educational commitment and the participation of the community often in the practice sees affective components dyed by the lack(mistake) of conviction, indifference to the educational work, actitudinales and emotional that do that the execution of the PEIC they present weaknesses in the management and consolidation of the same one.

Key words: Educational Project Community Integral, commitment, participation.



Compromiso docente y participación de la comunidad en los Proyectos Educativos Integrales comunitarios.

Introducción

En la conformación del nuevo ciudadano que demanda la Carta Magna se encuentran elementos cuyas características remiten, entre otros procesos, con el educativo el cual juega un papel fundamental en la transformación del pensamiento, generando explicaciones acerca de nosotros mismo y por lo tanto de la realidad comunitaria, social y política que rodea al hombre y que sufre constantes procesos de cambio.
Se trata de un desafío para los sistemas educativos, cuya función en la dinámica social debe estar dirigida a la cohesión, inclusión social y en ser el instrumento que reoriente y adecue los procesos de problematización y concientización.
En este sentido es evidente estar al tanto que los componentes culturales, ideológicos y sociopolíticos están siempre presentes en la educación más cuando se quiere ejercer la función educativa con calidad, buscando procesos de cambio social, hay que incorporar, entre otras, la reflexión sobre la política institucional vinculada directamente con la práctica diaria.
De tal forma es importante estar conscientes que la transformación de la escuela hacia niveles de mayor calidad y eficiencia en el logro de las metas cognitivas solo es posible con el fortalecimiento de un sentido compartido, que permita que todos los miembros de la comunidad escolar (docentes, alumnos, padres, representantes, vecinos) se engranen dentro de una visión pedagógica compartida, que signifique esfuerzos y prácticas comprometidas con el logro de dichas metas.
Por esta razón, la Educación Bolivariana pretende asegurar a partir de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios el mejoramiento del aprendizaje; para ello es fundamental la interacción de las escuelas con diferentes actores e instituciones sociales. Esto implica, incorporar en lo cotidiano prácticas pedagógicas más contextualizadas, centradas en contenidos significativos.

Contextualización

El estado venezolano enmarca la participación ciudadana en el contexto y principios de la democracia participativa, para lo cual construye un basamento jurídico, desde la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que sirve de sustrato a la actuación protagónica de las comunidades en los artículos 62, 70, 132, 184, en los diversos hechos, fenómenos, eventos y situaciones del acontecer social, como lo económico, lo recreativo, la actividad educativa, de tipo laboral, lo político, vecinal o comunitario y otros. En este enfoque la escuela debe fortalecerse como espacio que propicie la participación protagónica junto a la familia y a la comunidad, a través de una corresponsabilidad bien entendida. Esta participación debe ser explicitada en proyectos educativos institucionales que desarrollen un nuevo sentido a la educación, en proyectos que conciban la educación como un proceso permanente de construcción colectiva y se adecuen en forma práctica a resolver los nuevos problemas de las comunidades.
De esta manera, el Ministerio de Educación y Deportes (MED) a través de los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios (PEIC) coloca en manos de los planteles escolares una gran herramienta estratégica que transciende las paredes de la escuela y la vincula a la vida comunitaria y a todos quienes rodean el ámbito escolar.
En este orden de ideas, el PEIC constituye una estrategia de trabajo que permite fortalecer y desarrollar actitudes de participación, solidaridad, cooperación, reciprocidad (Bases pro-sociales esenciales en la construcción de un ideal de ciudadanía), articulando actividades con la comunidad desde el currículo institucional. El desarrollo de esta estrategia, se centra en la participación de los alumnos, padres, representantes, docentes, directivos y miembros de la comunidad, mediante la elaboración, desarrollo y gestión de proyectos contextualizados a las necesidades de la realidad comunitaria. Donde el compromiso del docente debe traducirse en las aulas, según Giradi (2006) en “una práctica pedagógica abierta reflexiva y constructiva. En una relación amplia con la comunidad, signada por la participación autentica y un cambio efectivo del sistema escolar, sus concepciones, procedimientos y estilos, acordes con el propósito de construir una nueva ciudadanía”. Este concepto plantea la necesidad de renovar la gestión educativa, diseñar un conjunto de actividades planificadas de maneras colectivas y dirigidas a resolver los principales problemas pedagógicos, organizativos y sociales de la institución en relación con su entorno.
Es un proyecto que se formula colectivamente, son sentimientos e ideas que se transforman en acciones sistematizables, diseñadas y organizadas por todos los actores involucrados en el quehacer educativo, es la realización de un deseo que comparten. Es educativo, porque toda acción del proyecto lleva la intencionalidad del logro de aprendizajes significativos y estratégicos, que puede ser formales o no y desarrollarse en variedad de espacios y actividades. Es integral, porque parte y trabaja por la unidad, por el desarrollo del sujeto y del colectivo en su integralidad holistica. Implica el esfuerzo dirigido a la comprensión intima, a la conciencia común, a la formación y dirección colectiva, normas común de proceder y obrar, es decir, a la creación de la ciudadanía como hecho y sentir social.
Su trabajo, se fundamenta en una filosofía humanista y no tecnocrática de la acción educativa, concibiendo el aprendizaje académico que promueven y estimulan el continuo ejercicio de la libertad, la responsabilidad, la participación, la critica, el servicio, el respeto y el pluralismo, es decir una educación que forme auténticos ciudadanos capaces de construir y defender una democracia asumida en su historicidad y posibilidad de transformación. Al respecto Pérez (2006) señala que:

El proyecto educativo es un plan de acción que involucra toda la vida de la escuela con miras a su permanente transformación…tiene que ser una construcción colectiva que recoja las experiencias, reflexiones y disposición a comprometerse de las personas involucradas en el quehacer educativo” (p.320).

Esto va a suponer en los docentes grandes esfuerzos de formación, también de deseducación y desaprendizaje, de lanzar por la borda muchas rutinas, privilegios y modos de entender y vivir la docencia, atesorados durante años. Para ello se requiere una decisión de resistencia, de lanzarse a emprender caminos nuevos, no exenta de problemas y contradicciones, que parten de un desengaño, un desencanto con la propuesta de la actual sociedad.
Sin embargo, todos los docentes somos conocedores que las normas y la visión de la práctica docente genera estilos de trabajo que son a la vez, el producto y los productores de patrones estructurado de comportamientos regulares y relativamente estables, algunos de los cuales pasan a consustanciarse de tal manera con esa visión de la praxis educativa y la normatividad conjuntamente construida que son ejecutados de manera espontánea y mecánica por los docentes, no mediada por la reflexión ni por las decisiones explicitas y se constituyen en un patrón de comportamiento establecido y estable, que produce sistematización de patrones conductuales, a la vez que se ajustan a patrones existentes. Cabe entonces una pregunta de rigor, ¿Están los docentes preparados para cambiar de un proceso monolítico a un proceso de carácter dinámico, que puede ser incentivado y fortalecido por estrategias dirigidas a promover dicha participación en el ámbito comunitario? La realidad de este cambio y la renovación pedagógica PEIC, obligan al docente a conocer sobre las comunidades donde desarrollan su práctica educativa y poder lograr la participación de las comunidades como elemento clave para generar procesos de transformación de la realidad.
Las comunidades son un mundo dinámico, abierto donde se articula de forma permanente las condiciones físico - ambientales con la forma de vida de las personas. Ellas se van constituyendo en un espacio geográfico a lo largo de los años, construyendo su devenir histórico en cada evento decisivo, en cada alternativa, en cada conflicto, en cada tristeza de la vida cotidiana, definiendo así su espíritu y características propias. Giuliani y Ramirez (2006) expresan que:

Una comunidad no la conforma solamente, sus viviendas, calles, servicios y vecinos que allí existen, debe cohabitar en ellos un sentido de comunidad, lo que significa que sus habitantes deben sentirse parte de ella, deben sentir que pertenecen a ese mundo de vida que es su comunidad y deben sentir también que una u otra forma esta les pertenece, aun con sus dificultades y problemas, su diversidad de gustos opiniones y formas de ser (p.11)

Este sentimiento de pertenencia se forma en la medida que la suma de todos sus esfuerzos satisface una necesidad individual con el apoyo de una u otra forma de los demás miembros de la comunidad (ejemplo el asfaltado de las calles) en lo cual cualquier logro se ve marcado por un conjunto de circunstancias que favorecen un grado de pertenencia, identidad y compromiso comunitario. Todos estos eventos conforman la realidad social del alumno, toda esa historia, esta llena de sentimientos y emociones que van dándole forma al sentido de comunidad. Lo fundamental de todo esto es comprender que los sentimientos que se generan son compartidos porque derivan de una experiencia que se vive en colectivo.
De ahí que la escuela como realidad social a partir de la cual el alumno aprende tiene que ser una realidad social simplificada que facilite el aprendizaje. El docente debe comenzar con situaciones problemáticas y trabajar a partir de ellas, realizando proyectos para resolver situaciones del interés del alumno que tienen que ver son su vida presente. La propia localidad, el entorno más inmediato en el que vive, su comunidad, es una fuente enorme de inquietudes intelectuales y un punto de partida sustancial para el aprendizaje. Lo más próximo, lo más cotidiano y lo más vulgar puede ser una fascinante fuente de problemas, y no solo para los alumnos, sino también para los miembros de la comunidad y maestros que investigan con ellos.
Al ocuparse de este tipo de problemas, la escuela no se limita a recibir aportes del contexto externo, sino que también puede contribuir a resolverlos. Puede contribuir, en primer lugar, ofreciendo sus servicios a toda la comunidad. Pero también puede contribuir interviniendo en problemas y discusiones que se plantean en el entorno y ofreciendo puntos de vistas, datos. Y además tratando de aportar soluciones a eso problemas del exterior, es decir, siendo una institución activa en el medio social en el que se encuentra. En ese sentido, Reddie (citado por Delval 2002) plantea que “… la escuela no debían estar separada de la vida, la escuela debe poner en contacto el alumno con la naturaleza y con la realidad. La escuela debe ser un mundo real, en el que la teoría y la práctica estén unidas como en la vida” (p.117). Las escuelas son instituciones que se encuentran en un medio social con el que generalmente mantiene pocas relaciones. Los padres representantes y demás miembros de la comunidad en la cual está inserta la escuela no tienen costumbre de visitar los centros escolares, pues allí no se les ofrece nada que pueda interesarles. Los alumnos asisten a ellos durante unas cuantas horas al día y el resto del tiempo permanece cerrado.
 Sin embargo, parece absurdo y disponer de unos edificios amplios, frecuentemente con múltiples instalaciones, que solo son utilizadas por uno pocos durante un tiempo limitado. Muchas, escuelas disponen de amplias canchas deportivas, bibliotecas, computadoras, talleres, laboratorio, aparatos de video, cámaras fotográficas, Video Bean y otros recursos, generalmente todo eso solo se utiliza por parte de los alumnos durante el horario escolar o en un corto periodo de actividades extra escolares.
Luego de exponer todo lo anterior, es necesario analizar si los docentes de nuestras escuelas están comprometidos con ese sentido de comunidad, si los proyectos educativos recogen la esencia en su plan de acción, un hacer colectivo, consciente, orientado a la transformación de la escuela, a la desrutinización de la práctica, a la solución de los problemas principales, a la gestación en consenso de una educación mas pertinente y contextualizada, o si por el contrario negando su razón de ser, los PEIC no son mas que una metodología de trabajo, que recoge datos del entorno, expresados en los diagnósticos realizados en cada uno de los aspectos atendidos en la identidad, los cuales serán contemplados en la matriz FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) que determinara las acciones a seguir para revertir la situación actual de cualquier problema planteado en una situación deseada, se conviertan los PEIC en una moda pasajera mas, que va desapareciendo con el tiempo y solo deja el amargo sabor del fracaso y la añoranza de otra buena oportunidad perdida.
Sin embargo, a pesar de las dificultades que pudieran presentarse, siempre se debe caminar hacia delante, en busca de un espacio para la reflexión y el trabajo colectivo, convencidos y con la voluntad de que vale la pena trabajar desde los principios compartidos. Para los docentes que no han sido formados en esos principios de participación colectiva resulta difícil. Resulta más fácil estar en su aula, con su método tradicional de planificar, enseñar y evaluar, pero se siente una gran inseguridad para asumir una metodología que implica reflexionar, buscar, pensar, actuar, comprometerse y evaluar con sus compañeros de trabajo. No es fácil diseñar planes de trabajo cooperativos. A los educadores les cuesta aceptar la necesidad de convertirse también en educandos. Pero solo quien asume su práctica pedagógica como un medio de aprendizaje podrá facilitar el aprendizaje de los demás. Solo el docente que siente necesidad de aprender, podrá ayudar a otros en su aprendizaje. Y solo si es capaz de trabajar en equipo experimenta ventajas de la cooperación, será capaz de promover ese valor en sus alumnos.
Todo esto plantea grandes desafíos para los educadores, pero ¿Serán estos los mismos que deben enfrentar las comunidades en la participación que por ley se les atribuye en una corresponsabilidad bien entendida?, tanto de la población estudiantil atendida, como de la institución educativa y de la comunidad que la circunda.

Conclusión

El compromiso que deben tener los docentes y la participación efectiva de la comunidad en la elaboración y ejecución de los PEIC se aprecia en la práctica algunas debilidades en las que se puede mencionar:
  • Las escuelas que realizan mesas de trabajo o talleres para la construcción y desarrollo de los PEIC no son permanentes y se pierde el entusiasmo, así como la productividad.
  • Pérdida de la motivación inicial generada en el personal docente y en el estudiantado del plantel por la falta de acompañamiento cotidiano que percibieron desde la coordinación del PEIC.
  • Existen dificultades para lograr la participación y el compromiso de la comunidad.
  • Existen dificultades de integración entre profesores y directivos.
  • Para algunos directivos el PEIC es considerado un recaudo más que se debe entregar como requisito ante la Dirección del Distrito.
  • Una vez elaborado el PEIC no se lleva un control y seguimiento de las metas que se propusieron en el Plan de Acción con los diversos responsables a fin de poder saber si los objetivos que se han logrado
  • Se evidenció un incumplimiento de los plazos establecidos para concretar las actividades establecidas en el PEIC.
  • Limitada difusión del PEIC hacia la comunidad educativa en general, lo cual afectó el involucramiento y la participación más activa de otros actores de la comunidad educativa.
  • Situaciones actitudinales contrarias a los valores institucionales, que no eran adecuadamente canalizadas o resueltas.

A partir de estas conclusiones, se puede señalar que si bien los PEIC constituyen un proceso de planificación sistemático, sustentado en las fortalezas de la escuela, la familia y su entorno con formas propias de interacción social, que parte del diagnóstico de intereses y necesidades de la comunidad educativa y su entorno, con miras a desarrollar un plan de acción, la función de la escuela depende de la reconstrucción de los conocimientos, actitudes y pautas de conducta que el alumnado asimila en las prácticas sociales de la vida paralela a la escuela, por lo cual se hace necesario revisar la falta de compromiso, la falta de convicción, el desapego por el trabajo docente, componentes afectivos, actitudinales y emocionales que desafortunadamente están presentes en el haber personal de la mayoría de los docentes.
La reconceptualización de la cultura escolar implica una reorientación ética y moral bajo la responsabilidad de todos los involucrados en el proceso de aprendizaje de los alumnos. Por lo tanto para cumplir con este cometido se hace necesario transformar la escuela como un todo, su organización y su cultura.

Referencias Bibliográficas

  • Delval, Juan (2002). La escuela posible. Como hacer una reforma de la educación. Editorial Ariel. España.
  • Giuliani y Ramirez (2006) Colección Quehacer Comunitario (2006). El contexto comunitario. Centro Gumilla. Serie Nº 6. Venezuela.
  • Ministerio de Educación. (1997). Reforma Educativa. Revista Educere Nº 2. ULA. Mérida -Venezuela.
  • Ministerio de Educación Cultura y Deportes (2004). Orientaciones para la construcción del proyecto educativo integral comunitario (PEIC). 2da versión. Mimeo, Zulia.
  • Ministerio de Educación Cultura y Deportes (2005). Proyecto Educativo Integral Comunitario. Una gestión que se construye en conjunto. Caracas, Venezuela.
  • Montero, Maritza (2004). Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Paidos. Argentina.
  • Perez, E. Antonio (2006). Más y mejor Educación. San Pablo, Caracas.

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